Construir, jugar y desconectar: eso es lo que promete el juego Dorfromantik, del estudio de desarrollo alemán Toukana Interactive. En el juego, los jugadores crean su propio pueblecito. Sin embargo, también tienen que demostrar habilidad y buen ojo si quieren tener éxito.
Girar, fijar, repetir
El principio de juego de Romance de pueblo se explica rápidamente. Los jugadores tienen un área vacía y una pila de discos hexagonales. Tienen que colocar tantos discos como sea posible en su área. Los discos tienen diferentes terrenos. Hay campos, casas, bosques, masas de agua y, más adelante, también vías de transporte como ferrocarriles y carreteras.
Cada partida comienza con un sencillo hexágono de pradera y una pila de varias cartas. Los jugadores pueden construir en todas direcciones. Por tanto, teóricamente sería posible Pueblo que es simplemente una línea recta. Pero entonces las 50 cartas se agotarían rápidamente y se acabaría el juego.

Sin embargo, para que la aldea sea lo más grande posible, los discos individuales tienen que combinarse ingeniosamente. Para ello, en ocasiones Mapasque tienen una tarea. Puede ser, por ejemplo, que una ficha de campo deba tener al menos otros tres campos a su alrededor para cumplir la tarea. Otras tareas son un poco más complicadas. Por ejemplo, puede ocurrir que haya que colocar más de 20 árboles en un bosque, pero menos de 45.
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Una vez completadas las tareas, el montón de cartas se repone con cartas nuevas y el puzzle puede continuar.
Pura desaceleración en un romántico entorno de pueblo
Con Romance de pueblo Toukana Interactive ofrece un juego acogedor en el que olvidar por un rato el estrés de la vida cotidiana. La jugabilidad es minimalista, pero no por ello deja de ser divertido construir nuevas aldeas e intentar superar tu propia puntuación máxima.

Los sencillos gráficos también invitan a desconectar. Puede que te encuentres mirando cómo giran los molinos de viento o siguiendo a un tren mientras atraviesa el pueblo.
El juego tiene un alto valor de rejugabilidad porque las cartas se barajan de nuevo en cada partida. Esto significa que siempre se puede formar un pueblo de diferentes maneras y que los jugadores pueden asumir diferentes tareas. Por eso el juego es simplemente perfecto para un pequeño pasatiempo.
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